

De cepas de tempranillo de 70 años con una producción media de 2.500 a 3.000 kilos por hectárea, surge un vino que concentra la personalidad del lugar.
Una crianza de 18 meses le acaba otorgando la estructura y la madurez frutal. Entre sus aromas, los tonos balsámicos confirman su atractivo frescor. Es un pequeño tesoro vitícola que nos confirma el carácter Luberri: tradición y modernidad, viñedo y bodega.
De cepas de tempranillo de 70 años,es un pequeño tesoro vitícola que nos confirma el carácter Luberri: tradición y modernidad, viñedo
y bodega. Un tinto de los que cualquier catador pudiera definir como grande.
Ficha técnica